por Mgter. Debora Brocca
No podemos dejar de
lado el hecho de que las TIC son el cimiento de “las relaciones en red”; ya que
permiten múltiples opciones de comunicación cada vez más flexibles. Internet ha
permitido que de a poco comience a borrarse la división y organización del
trabajo, propias de la sociedad industrial, para dar paso a nuevas formas cuyo
impacto está transformando todas las instituciones simbólicas que nos rodean
(la familia, la escuela, la universidad, el trabajo, etc.) dando así lugar al
nacimiento de lo que hoy se denomina Sociedad de la Información. De
esta manera Internet deja de ser solo una herramienta más para convertirse en
un complejo espacio mundial donde se desarrollan las actividades sociales y en
consecuencia las practicas de enseñanza y aprendizaje.
Coll y Monereo (2008)
dan cuenta de algunos de los rasgos que caracterizan a la sociedad de la
información y que por ende afectan el desarrollo de la educación. Vale la pena
retomar aquí algunos de esos rasgos:
·
Las relaciones que entablan tanto individuos, grupos, instituciones y
países se caracterizan por ser complejas, interdependientes e imprevisibles. De
ésta manera “el contexto de las actividades humanas, que las condiciona y es a
su vez condicionado por ellas, ya no es el contexto físico inmediato en que
surgen y se desarrollan, sino un contexto mucho más amplio sujeto a una tupida
red de interrelaciones, de implicaciones y de influencias mutuas” (Coll y
Monereo 2008: 27)
·
La materia prima de ésta nueva sociedad es la información. Hoy vivimos
rodeado de sobreinformación, somos testigos del incremento espectacular de la
misma, no sólo se hizo posible un mayor acceso a la información sino que
considerablemente creció el volumen de la misma, lo cual no garantiza por si
misma que los sujetos estén más y mejor informados.
·
La rapidez con que todo comienza y acaba. Existe rapidez en la aparición y
caducidad de la información, rapidez en la creación y obsolencia de hardware y
software, rapidez en acceder a los nuevos dispositivos tecnológicos, rapidez en
las tendencias económicas, culturales, sociales, éticas y morales, nos
encontramos ante un proceso de constante cambio y modificación, lo cual, según
algunos autores, afecta nuestra capacidad de abstracción y reflexión.
·
La preferencia de la cultura de la imagen y el espectáculo. Hoy existe una
supremacía de lo sensorial, de lo concreto, de lo dinámico, de lo emocional.
·
La ruptura de las barreras de tiempo y espacio. “El ciberespacio, el
espacio virtual en el que tiene lugar la comunicación por redes, es en realidad
un “no lugar”, un “espacio no físico” distinto a los espacios personales en los
que se encuentran físicamente los interlocutores. En cuanto al tiempo, hay que
considerar por una parte, que la velocidad de la transmisión de la información
por redes lo aula prácticamente como condicionante a efectos comunicativos; y
por otra, que se produce una disociación entre el tiempo personal o “tiempo
vivido” de los interlocutores y el tiempo en que se accede a la información
comunicada” (Coll, C y Monereo, 2008: 28).
Como vemos es menester comprender la
complejidad del escenario en el cual se desarrollan las prácticas educativas,
los modos de enseñar y de aprender. Para
el diseño y desarrollo de entornos educativos basados en estas tecnologías habrá
que tener presente esta circunstancia y plantear escenarios que se adapten a
una diversidad de situaciones (tanto por parte del alumno, como del profesor,
de la institución, entre otros.). Conocer las características y las
posibilidades de las distintas aplicaciones y entornos susceptibles de ser
usados, es crucial para sacar el máximo partido a estas tecnologías.
Ante esta realidad cuando pensamos en cómo aprenden los alumnos,
es pensar en el alumno como un ser social que interactúa diariamente, minuto a
minuto con otros seres humanos y con herramientas culturales. Es decir, los
alumnos aprenden con la “ayuda” del otro (sea una persona o una herramienta)
para llevar adelante sus procesos internos.
Esta realidad trae aparejado que no solo se modifique
culturalmente lo que se aprende sino la forma en que se aprende. Ya la Psicología Cognitiva
ha mostrado que muchas de las dificultades que surgen en relación al
aprendizaje se deben en gran medida a que los sujetos desarrollan
“conocimientos frágiles”. Es decir, conocimientos que se olvidan con suma
facilidad y que son utilizados de manera mecánica y ritual a fin de lograr
cumplir con determinadas tareas.
No olvidemos que la elección de una forma de representación
equivale a elegir la manera de concebir el mundo y también la manera en que se
lo representara públicamente.
Llegado a este punto es menester tener presente que las
herramientas culturales están situadas en un contexto socio- histórico
cultural. Es decir en su momento, y ante el invento de la imprenta, libro se
convierte en una nueva herramienta cultural en un contexto en el cual los
agentes no estaban familiarizados con su uso. Hoy sucede algo similar con los
nuevos entornos digitales, los cuales se convierten en nuevas herramientas en
un momento histórico donde el libro es de uso general y casi obvio.
Estos nuevos entornos nos permiten
pensar nuevas formas de representar el
mundo, su cultura, sus saberes, etc. En particular haré referencia a las
representaciones visuales externas al sujeto. Un ejemplo de ello son los
llamado multimedias.
“El diálogo mental que tiene que establecer
el alumno entre su propio conocimiento y el formato de representación puede
influir en el aprendizaje en la medida en que le puede llevar a reestructurar
su antiguo conocimiento sobre el tema, a descubrir nuevos matices y a generar
nuevas ideas. (…) una de las mayores fortalezas de las representaciones
visuales del conocimiento es que obliga al individuo a hacer explícito y
consciente lo que habitualmente no lo es.” (Coll y Monereo 2008: 258)
Podemos destacar cuatro tipos de mecanismos que dan cuenta la
potencialidad que contienen las representaciones visuales del conocimiento, a
saber:
Primer Mecanismo: “permiten ampliar la memoria de trabajo,
constituir archivos permanentes, compartir recuerdos, etc.”.
Segundo Mecanismos: hace referencia al grado que dichas
representaciones reducen el esfuerzo cognitivo que pone en marcha el sujeto.
Tercer mecanismo: “Cómo la sintaxis y la semántica de las
representaciones visuales pueden estimular o activar determinados procesos
mentales”.
Cuarto Mecanismo: la manera cómo estas representaciones provocan
ciertos tipos de inferencias sobre el mundo representado.
En definitiva “la contribución fundamental de la construcción de
representaciones visuales es su potencial para influir tanto en los procesos
cognitivos como en los procesos sociales implicados en el aprendizaje. Pueden
ser usados como herramientas para potenciar la construcción y desarrollo activo
del propio conocimiento y pueden funcionar también como herramientas mediadoras
del diálogo educativo entre profesor y alumnos y entre los alumnos” (Coll, C;
Engel, A y Bustos, A 2008: 261)